Mi querida amiga Sarah me ha regalado esta preciosísima pulsera. Tiene los más hermosos colores y flores, es una absoluta preciosidad, lo podéis juzgar por la foto.
El problema es que yo no uso pulseras, porque me resultan muy incomodas, y me daba mucha pena no sacarle provecho a esta chulada y que quedara sin estrenar con el resto de pulseras que me han regalado, era demasiado bonita como para cometer ese crimen. Pero, como me encantan los collares y soy manitas, me puse manos a la obra y convertí esta chulada en un collar aún más chulo. Me he sacado unas fotos para que veais cómo me ha quedado la transformación.
Ya hay quien me ha preguntado por dónde he comprado ese collar… y yo presumo de mis buenas amigas, je, je.

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