Medallón hecho con tapas de Yogur

0
482
Reciclar es divertido porque estimula mucho la creatividad. En este caso, al mirar el resultado final de esta manualidad, no va a parecer para nada que está hecha con material que normalmente hubiéramos tirado a la basura al abrir un yogur o un flan para comer… la tapa.

 

Necesitaremos dos tapas de yogur de las que son de aluminio. Tiene que ser del tipo de tapas que cuando la arrugas se queda con la forma. Actualmente muchos yogures tienen otro tipo de tapas que parecen metálicas pero no se
quedan arrugadas al soltar la presión… para esta manualidad sólo nos valen las que mantienen la forma en que las dejas.

Con una taladradora cortas la forma del medallón, yo uso una taladradora normal de círculo de 5cm de diámetro. Corto un círculo de cada tapa, en este caso la tapa tiene un lado dorado y otro plateado, es una tapa de un tocinillo de cielo que venden en supermercados Lidl. No me preocupa si por un lado se ve la fecha de caducidad, cuando el medallón esté acabado casi ni se apreciará.

Con una espátula plegadora o un palito de helado aplano un poco los círculos de aluminio.

Coloco uno de los círculos con la parte dorada hacia arriba en un «embossing folder», o carpeta de relieve, de esas que se usan para scrapbooking con la Big Shot, máquina que en este caso no nos hace falta. Con la misma espátula de plegado o palito de helado le vamos frotando y apretando por toda la chapita de aluminio para que quede marcada con el relieve al máximo. Al ser aluminio marcará muy bien y fácilmente. Coloco el otro de los círculos en el «embossing folder» con el lado plateado para arriba y vuelvo a marcar con el palo.

Para pintar los círculos, ya marcados con el relieve, voy a usar tintas de alcohol que pintan casi en cualquier superficie y agarran muy bien al aluminio.

Lleno de color las partes del relieve que están hundidas, dejando los bordes alzados del dibujo sin pintar, para que en ellos quede visible el color de la tapa, por eso uso un lado dorado y el otro lado plateado, para variar el color de las dos caras del medallón.

En el lado plateado pinto las flores color fucsia, en el lado dorado pinto las flores rojas, me gusta ese ligero contraste. El fondo de las flores está pintado con la misma tinta azul en los dos lados, pero en el lado dorado queda más verdosa que en el plateado al transparentarse el color de la base un poco.

Ahora que tenemos ya bien bonitos los dos lados del medallón, hay que rellenarlos y pegarlos. Para eso uso una pasta de relieve casera que explico cómo hacer en este video-tutorial. Con una espátula, extiende una fina capa sobre el lado de atrás, rellenando bien los surcos del relieve y luego une ambos círculos por sus reveses. La pasta de relieve los pegará y hará, una vez seca, que mantengan su bonito relieve alzado y no ceda a la presión.

Cuando haya casi secado, como en un par de horas, le hago un agujero con una taladradora para posteriormente poder ponerle una cadena cuando esté acabado. No hagas este agujero demasiado cerca del borde o te romperá pronto, como me pasó a mi con mi primer medallón.

Para cubrir esta decoración voy a usar resina UV o resina que cura con los rayos del sol o rayos UV. Utilizo de dos marcas, una que ya no puedo conseguir, que es francesa, Gel du Soleil, y otra de una marca japonesa, Padico, las dos dan muy buenos resultados.

Aplico resina sobre un  lado del medallón y extiendo bien con un palillo hasta los bordes. Tengo especial cuidado con que cubra todo alrededor del agujero para la cadena y que no lo tapone.

Ahora llevo el medallón al sol, o, más bien, a la luz del día, porque está nublado, y espero como una media hora hasta que cure y esté durito. A pesar de que los rayos que le dan no son todo lo fuertes de un día despejado, la resina cura perfectamente.
Mientras ese medallón cura, preparo otro que hice de la misma manera que el anterior, pero usando, en vez de unas tapas de yogur, una bandeja de aluminio de las que se usan para guardar la comida. Este, además, lo coloreé con rotuladores Sharpie permanentes en vez de con tintas de alcohol de bote.

Cuando tengo los dos medallones curados por un lado, les doy la vuelta y le extiendo la resina por el otro y los vuelvo a poner a curar bajo la luz del sol, durante una media hora.

Ya tengo ambos medallones acabados! La resina los deja firmes y con un acabado cristalino, brillante, que los hace parecer auténticas joyas. Ya sólo me queda ponerles una cadena de bolas con su cierre, o un llavero, o lo que quieras para poder colgarlo de mi bolso y presumir de medallón diciéndole a tus amistades «¿a que no te imaginas con qué hice esto?» les va a costar creerte cuando les expliques…

Y, por si no os quedó claro, aquí tenéis todo el proceso bien explicadito en video!

 

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here